Escrita por: Felipe Blanco
Además de esta cinta el festival presentó en su inauguración el corto Correspondencias, de Dominga Sotomayor y Carla simón, y cerrará con los dos nuevos trabajos de Cristián Sánchez: Date una Vuelta en el Aire y La Promesa del Retorno, ambos concluidos este año.
Hay un sello, una suerte de marca de agua que cada festival imprime a partir de sus películas de apertura y que en parte sintetiza el tono y las intenciones programáticas de cada edición. Fue eso lo que ocurrió en la edición de 2018 en la que se conmemoraron los 25 años del festival -oportunidad en que La Maleta (1963), la primera película de Raúl Ruiz, dio el arranque a la programación-, y en 2019 cuando, también con Ruiz, se emitió un adelanto de su primer largometraje, El Tango del Viudo y su Espejo Deformante (1967), recientemente restaurado por Valeria Sarmiento, el filme que inaugura esta edición número 27° del Festival, además de Correspondencias, cortometraje de 19 minutos realizado por Dominga Sotomayor (De Jueves a Domingo) junto a la realizadora catalana Carla Simón (Verano 1993), que se estrenó internacionalmente hace menos de una semana en la sección Zabaltegi-Tabakalera del Festival Internacional de Cine de San Sebastián.
Ruiz Recuperado
A pesar de haber realizado un par de incursiones inicialmente inacabadas en el cine con los cortos La Maleta y El Regreso (este último rodado en Argentina en 1964), a fines de los años sesenta Raúl Ruiz seguía siendo considerado como una de las personalidades jóvenes más prometedoras del teatro chileno, antes que del cine, en virtud de su incesante actividad como dramaturgo.
En ese período, y luego de realizar cursos de cinematografía en la Escuela de Cine de Santa Fe, en 1967 inicia el rodaje de su primer largometraje, El Tango del Viudo y su Espejo Deformante, trabajo que conectaba sus preocupaciones metafísicas ya esbozadas en La Maleta a partir de una historia que se inspiraba en un relato de la escritora Daphne Du Maurier -autora de los relatos que dieron origen a Rebeca y Los Pájaros, ambas adaptadas por Alfred Hitchcock-, y que el director modificó sustancialmente utilizando una lógica poética inspirada en versos de Pablo Neruda de los que tomó el nombre para el filme.
El guion que Ruiz esbozó a partir de esa idea narraba la pesadilla de un hombre a quien el fantasma de su mujer, que acaba de suicidarse, comienza a aparecérsele de manera insistente hasta hacerse parte de su vida cotidiana, al punto de volverse omnipresente.
El Tango del Viudo y su Espejo Deformante se rodó en 16mm con recursos del Cine Club de Viña del Mar, utilizó como locación principal el departamento del propio realizador en la calle Huelén en Santiago y parte del elenco lo integraron Rubén Sotoconil, Delfina Guzmán, Luis Alarcón y Shenda Román, entre otros.
En virtud de la rapidez con que se levantó el filme, Ruiz esperaba concluir el doblaje y la postproducción en Argentina, pero nunca llegó a tener recursos para financiar esa fase del proyecto -en tanto en ese momento optó por utilizar los fondos que tenía para hacer un traspaso a 35mm antes de concluir el sonido-, y como al año siguiente se embarcaría en la producción de Tres Tristes Tigres, ese primer largometraje enmudecido quedó a la espera de mejores tiempos que al final nunca llegaron.
Cinco décadas más tarde, mientras trabajaban en la recuperación de La Telenovela Errante (1990), el primer filme de Ruiz rodado después de la dictadura, la cineasta Valeria Sarmiento junto a Chamila Rodríguez y Galut Alarcón -ambos dueños de la productora Poetastros- dieron con el material en 35mm en los fondos de un viejo cine capitalino donde Ruiz había organizado un visionado privado del material en 2008 y concluyeron que el segundo proyecto de rescate debía ser ese largometraje perdido que consolidaba la carrera de Ruiz como cineasta.
Para la labor de rescate se recurrió a los pocos colaboradores vivos de ese proyecto, Luis Alarcón y Shenda Román entre ellos, y a expertos en lectura de labios para dar con los diálogos de un filme del cual no existe guión como referencia. Ese empeño, junto al trabajo de nuevos actores para completar las voces faltantes, permitió darle alma y un montaje definitivo, supervisado por Valeria Sarmiento, a un filme fundamental en la historia del cine chileno que se estrenó mundialmente como película inaugural de la sección Forum de la 70° de la Berlinale, en febrero pasado.
“Raúl Ruiz ha estado desde siempre en el ADN de nuestro festival, desde la edición de 1998 en la que se exhibió ¿Qué Hacer? (1970) y de ahí hasta sus últimas obras, incluyendo La Noche de Enfrente en 2012 y La Telenovela Errante en 2017. Esa misma conciencia llevó al festival a realizar en 2008 un foco a los años chilenos del director previos a su exilio, ocasión en que se exhibió la versión recuperada de La Maleta. Por eso, la posibilidad de llevar al público una nueva obra recuperada de Ruiz que corresponde a su período formativo como cineasta es de un valor inmenso”, explica Raúl Camargo, director de 27° FICValdivia.
Hurgar en el pasado familiar
Correspondencias es una cinta construida a partir de un intercambio de postales visuales, formato cinematográfico cercano al ensayo fílmico que consiste en un intercambio de imágenes entre dos o más cineastas. El formato ha sido usado en ocasiones anteriores en obras como Correspondencia Jonas Mekas /J.L. Guerin (2011) y, mucho antes, en Satelitenis (1984), trabajo experimental que recoge nueve videocartas entre los artistas chilenos Juan Downey, Eugenio Dittborn y Carlos Flores Delpino.
En el caso de Dominga Sotomayor y de Carla Simón, ese intercambio visual es totalmente pertinente en tanto ambas comparten universos creativos y temáticos similares, con una profunda carga familiar y autobiográfica en su obra, desplegada en Tarde para Morir Joven, en el caso de Sotomayor, y en Verano 1993, en el caso de Simón.
En Correspondencias ambas cineastas reflexionan sobre la presencia femenina en sus respectivas familias a partir de misivas visuales que se filmaron entre junio y noviembre del año pasado. En las cartas visuales de Carla, su reflexión se construye tomando como centro la reciente muerte de su abuela. En el trabajo de Dominga, es su madre la que ocupa un lugar relevante y desde allí la cineasta entronca su figura con la temperatura social y política generada por el estallido social de octubre en Chile. En ambos casos, se trata de una reflexión sobre la memoria y en ella el registro y la textura de las imágenes cobra un sentido fundamental.
Sánchez por dos en la clausura
Una primera versión de Tiempos Malos, el último trabajo del cineasta Cristián Sánchez, fue presentada en la sección Gala en el 16° FICValdivia en 2009. Desde entonces el mítico realizador de El Zapato Chino y Los Deseos Concebidos no había vuelto a filmar, entre otras cosas por las dificultades para estrenar ese último largometraje, que finalmente llegó a salas en 2015. De manera inusual en su trayectoria, en este último lustro Sánchez completó dos nuevos trabajos: Date una Vuelta en el Aire y La Promesa del Retorno. Ambas películas fueron concluidas este año y serán los filmes de clausura de la edición de este año del FICValdivia.
A lo largo de su trayectoria, Cristián Sánchez ha sido un cronista de cierta patología cotidiana establecida desde los primeros tiempos de la dictadura. Las relaciones de dominación, el poder del deseo sexual como movilizador de sus personajes -deseo sexual que casi siempre queda trunco o es frustrado- ha sido tema central en sus historias, así como el establecimiento de una intimidad claustrofóbica definida por espacios cerrados donde los personajes se exponen a una interacción tensa con los otros.
En estos escenarios, la idea del personaje que se vincula y/o cobija en un entorno al que no pertenece ha sido un pivote recurrente en su filmografía. Desde El Zapato Chino a Los Deseos Concebidos, desde Cautiverio Feliz a Tiempos Malos.
Las dos películas que Sánchez mostrará en el 27 FICValdivia son premieres mundiales, como en su momento lo fue la exhibición de Tiempos Malos y, como el resto de la programación del festival, podrán verse de manera online y gratuita.
Martel, Martin, Siono
Tres nombres relevantes en el ámbito audiovisual estarán a cargo de las distintas master class online que se realizarán como parte de las actividades de formación del 27° FICValdivia. Los cineastas Sion Sono y Lucrecia Martel y el crítico y ensayista Adrian Martin han estado vinculados presencialmente en FICValdivia desde distintos ámbitos y es precisamente por su cercanía con el festival que participarán en estas actividades especiales.
El japonés Sion Sono estuvo presente en la edición de 2017 para recibir el Premio a la Trayectoria y en esa misma edición fue objeto de foco en el que se exhibieron siete títulos de su extensa filmografía, entre ellos sus feroces acercamientos al cine de género como Love Exposure, Why Don’t You Play in Hell, Guilty of Romance, Suicide Club y el estreno de Tokyo Vampire Hotel, entre otras cintas que le han dado un estatuto de culto en los enclaves más populares de la cinefilia. Sono estará presente adicionalmente en la sección Gala, donde se estrenará su película Red post on Escher Street.
La argentina Lucrecia Martel, cineasta faro de la cinematografía latinoamericana y realizadora de filmes extraordinarios como La Ciénaga, La Niña Santa, La Mujer sin Cabeza y Zama, se vinculó con FICValdivia cuando se exhibió uno de sus trabajos tempranos, el cortometraje Rey Puesto, además de su participación como tutora en la plataforma de desarrollo de proyectos 3 Puertos Cine en 2015.
El crítico y ensayista australiano es uno de los nombres más prestigiosos en el ámbito de la crítica y el análisis fílmico en habla inglesa. Autor de numerosas publicaciones, entre ellas Raúl Ruiz: Sublimes Obsesiones, Mysteries of Cinema, Movie Mutations: The Changing Face of World Cinephilia (junto a Jonathan Rosenbaum) y el reciente Mise en Scène and Film Style, entre otros. En 2008 participó como jurado de la Competencia de Largometraje en la edición número 15 del festival, oportunidad en la que también se lanzó la traducción en español de su texto ¿Qué es el Cine Moderno?, editado por FICValdivia y Uqbar Editores.
FILMS DE APERTURA Y CLAUSURA:
Films de Apertura:
Correspondencia de Carla Simón y Dominga Sotomayor Castillo.
España-Chile, 2020, 19 minutos. Premiere Latinoamericana.
El tango del viudo y su espejo deformante de Raúl Ruiz y Valeria Sarmiento.
Chile, 1967-2020, 64 minutos. Premiere Chilena.
Films de Clausura:
Date una vuelta en el aire, de Cristián Sánchez.
Chile, 2020, 80 minutos. Premiere Mundial.
La promesa del retorno, de Cristián Sánchez.
Chile, 2020, 70 minutos. Premiere Mundial.
Master class: Lucrecia Martel, Sion Sono y Adrian Martin
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