Queda poco más de un mes para el inicio del 26° Festival Internacional de Cine de Valdivia y las novedades no paran de salir desde programación. Hoy nos corresponde anunciar la que será la Película de Clausura, una comedia musical llamada a convertirse en un clásico del futuro según la crítica: Technoboss (2019), del director portugués João Nicolau, estrenada recientemente en el Festival de Cine de Locarno.
Estamos frente a una reversión de la picaresca, más bien una suerte de continuación o, para ser más precisos, la vida de un pícaro antes de su jubilación. Cuando la principal interrogante deja de ser la supervivencia, la existencia se trata de hacerla llevadera. Al menos a esa fórmula llega Luis –papel a cargo de Miguel Lobo Antunes– protagonista de Technoboss, un hombre en sus sesenta que pasó tres cuartos de su vida vendiendo sistemas de seguridad y que se encuentra al borde del abismo del retiro.
En calidad de Premier Latinoamericana, después de su paso en competencia por el Festival de Cine de Locarno 2019, el tercer largometraje del director portugués João Nicolau (1975) aterriza en la Región de Los Ríos para cerrar la 26° edición de FICValdivia con irreverencia y música. A la fecha, el cineasta lisboeta ha sido reconocido, entre otras nominaciones y premios, por su corto Gambozinos (2013), galardonado en el Festival de Cannes.
Technoboss es una comedia musical, pero en su definición más laxa, donde la principal locación para los números musicales son autos. Medio de transporte o medio de trabajo, se tiñe de humor en la deformación del jingle de la compañía en la que trabaja. Entonces nos encontramos frente a otra cosa: el auto como medio de catarsis, el cuarto propio para la libre expresión de un asalariado.
Technoboss también trata del romance, o de una nueva versión del romance, que lejos del cliché de las segundas oportunidades, se aproxima con melancólico optimismo a los intentos de sacarle chispas a una vida que aparentemente se encuentra finalizada. Todo el carisma del actor amateur Miguel Lobo Antunes parece tocar al resto del casting, cualidad que se traspasa a la audiencia que, sin duda alguna, saldrá de la función tarareando.
Una propuesta extraña, minimalista y divertida, cruzada por el humor musical y el pánico existencial, que los asistentes a FICValdivia 2019 podrán disfrutar en la clausura del festival.