Escrito por Felipe Blanco
Una de las secciones más esperadas del festival tendrá en esta 26° edición las nuevas obras de Corneliu Porumboiu, Martín Rejtman, Nicolás Pereda y Federico Veiroj, entre otros, realizadores que sintetizan el clima creativo del presente año tanto en lo estético como en lo social y político.
Una de las novedades que trae la sección Gala para la 26º edición del FICValdivia será la incorporación de cortometrajes. Hasta este año, y descontando las secciones competitivas, las películas de pequeña duración se habían concentrado en las ceremonias de inauguración y clausura. En esa lógica, en la edición 2018 se exhibieron, respectivamente, Blue (2018), del tailandés Apichatpong Wheerasethakul, y Sobre Cosas que me han Pasado (2018), de José Luis Torres Leiva, ambas como premieres latinoamericanas.
Este año Gala -una de las secciones no competitivas más importantes del festival porque conecta al público cinéfilo con algunas de las obras clave de los grandes realizadores contemporáneos-, tendrá espacio para películas de cortometraje, ocasión que servirá también para el reencuentro de viejos conocidos del festival, como el argentino Martín Rejtman y el mexicano Nicolás Pereda que presentarán aquí sus breves y recientes obras.
Rejtman ya había tenido en 2008 tuvo su primer foco en Valdivia y en 2014 su último largo, Dos Disparos (2014), también formó parte de la sección Gala. Este año uno de los pilares más originales e inclasificables del Nuevo Cine Argentino retorna con Shakti (2019), una pieza de sólo 19 minutos sobre la crisis de un joven judío ante la muerte de su abuela, golpe que le hará terminar con su novia e iniciar un proceso de búsqueda que irá paulatinamente entorpeciéndose y estancándose.
Nicolás Pereda tuvo un foco de su obra en 2010, el mismo año en que Verano de Goliat (2010) obtuvo el premio a la Mejor Película del Festival, y un par de ediciones más tarde retornó con su cortometraje Los Mejores Temas (2012). Este año Pereda vuelve a Valdivia con Mi Piel, Luminosa (2019), trabajo de 40 minutos que dirige en conjunto con el actor Gabino Rodríguez, uno de sus colaboradores habituales. El filme, estrenado este año en el festival de Locarno, se presenta como el producto de un encargo de la Secretaría de Educación Pública de México para investigar el uso de recursos del Estado en un programa de mejoramiento de la educación primaria. Pronto, no obstante, el relato toma otra dimensión y sus imágenes se desvían hacia el registro subjetivo de las historias recopiladas en esas escuelas rurales, donde el rigor estadístico deviene en una aproximación fantasmal, misteriosa y muchas veces perturbadora.
Largometrajes en Gala
En largometrajes, la sección incluirá tres estrenos de directores chilenos: Nunca Subí el Provincia (2019), el nuevo documental de Ignacio Agüero, que obtuvo este año el Gran Premio en el 30° FID Marseille; Vendrá la Muerte y Tendrá tus Ojos (2019), drama dirigido por José Luis Torres Leiva, y HRA (The Play) (2019), la nueva cinta que Alejandro Fernández Almendras filmó en República Checa.
En relación con los filmes extranjeros, la sección mantiene el foco que el festival ha ido perfilando en los años anteriores en cuanto a la importancia de actualizar el conocimiento y la difusión de la obra de cineastas que, por el rigor en sus indagaciones formales, escasamente tienen cabida en la cartelera habitual de exhibición.
Es el caso del rumano Corneliu Porumboiu, punta de lanza del nuevo cine en su país -junto a Radu Muntean (El Vecino), Cristi Puiu (La Muerte del Señor Lazarescu) y Cristian Mungiu (4 Meses, 3 Semanas, 2 Días)-, de quien en casi dos décadas de trayectoria sólo ha podido verse en festivales locales Policía, Adjetivo (2009) y Cae la Noche en Bucarest (2013). La Gomera (2019), estrenada en la competencia oficial de Cannes 2019, es su nueva cinta y en ella retorna a su observación de las ineficientes estructuras administrativas descritas en Policía, Adjetivo pero esta vez a partir del género negro. La película narra desde distintos puntos de vista – cada uno en episodios independientes-, una intriga centrada en el crimen organizado que tiene como principal eje a Cristi, un policía corrupto y sus enlaces con la jerarquía inoperante de la policía y las redes que subyacen en España. El filme es un híbrido de referencias cinéfilas y rinde tributo no sólo al film noir histórico con sus íconos y vueltas de tuerca, también tiende puentes con el musical y, en general, con la estética clásica de matriz hollywoodense.
Así Habló el Cambista (2019), del uruguayo Federico Veiroj, es un reencuentro con la obra del director a casi diez años de la hermosa La Vida Útil (2010) estrenada en la competencia internacional del 17° FICValdivia. Como Porumboiu, el retorno de Veiroj, luego de El Apóstata (2015) y Belmonte (2018), se conecta con los códigos del cine criminal y a partir de allí construye un relato ambientado en Montevideo a mediados de los setenta, durante la dictadura militar encabezada por Juan María Bordaberry, y cuando el desorden económico y la eliminación del control de cambio han convertido a Uruguay en el paraíso para los especuladores de Sudamérica. El filme narra el auge y caída de Humberto Brause, financista que en un momento de su vida ve en el caos administrativo la posibilidad de enriquecerse. La película se acerca en ritmo y tono a cineastas como Don Siegel y John Boorman, renovadores del género policial, manteniendo intacto el sentido de observación y el análisis de personajes que ha sido su sello desde Acné (2008).
En 2010 la sección Gala del 17° FICValdivia incluyó Orly (2010), de la cineasta alemana Angela Schanelec, filme que enlazaba diversos encuentros entre personajes en el aeropuerto de París. La película fue el primer encuentro del público del festival con la cuidadísima impronta formal del estilo de esta directora, construido a partir de planos largos y fijos que, lejos de anclarse en el realismo clásico, privilegian la ambivalencia de las formas y de los hechos que narra, con un énfasis no en lo evidente sino en la entrelínea.
Casi diez años después Schanelec regresa al festival con I Was at Home, But (2019), fascinante drama familiar -un terreno en el que la autora suele indagar en su filmografía-, sobre la crisis que sufre una mujer cuando uno de sus hijos desaparece misteriosamente, afectado por la muerte de su padre, y reaparece una semana después. La pausa de esos días de angustia afecta a su madre y al entorno del muchacho, pero su regreso no parece mejorar las cosas, porque el chico ha cambiado también durante su ausencia. Schanalec aprovecha esas sutilezas sin enfatizar y apostando por un enfoque oblicuo para afrontar la diáspora existencial que debe enfrentar esa familia. El filme se estrenó internacionalmente en febrero en la competencia oficial de la Berlinale y el preciso trabajo de su autora le mereció el Oso de Oro a la Mejor Dirección.
Otras voces del cine contemporáneo
El resto de los cineastas que debutarán con sus nuevos largometrajes en esta sección de FICValdivia son el israelí Nadav Lapid y el francés Damien Manivel. Este último es un bailarín y artista circense que ha combinado su actividad en la danza con la realización y que generó gran interés luego del buen desempeño en festivales de dos de sus primeros cortos y después de que su primer largometraje, Un Jeune Poète (2014), recibiera mención especial en Locarno.
Les Enfants d’Isadora (2019), su más reciente largo, combina evidentemente sus grandes pasiones artísticas y a partir de ellas elabora un drama que toma como referente la obra coreográfica Madre, concebida en 1931 por la legendaria bailarina modernista Isadora Duncan luego de la muerte de sus dos hijos. La pieza de danza será la obsesión de cuatro mujeres que el relato estructura en tres partes y en ellas afina una puesta en escena centrada en el esfuerzo físico y en los detalles del cuerpo como medio para observar cierta trascendencia libre y luminosa.
Synonymes (2019), el sexto largometraje de Nadav Lapid, obtuvo el León de Oro a la Mejor Película y el Premio FIPRESCI en el reciente Festival Internacional de Cine de Berlín, aunque ya desde Policeman (2011) su obra adquirió notoriedad internacional por la mirada crítica a la obsecuencia ideológica en su país a partir del retrato de un policía egocéntrico y nacionalista y la ofensiva que emprende contra un grupo radical de izquierda que planea el secuestro a un millonario. En Synonymes Lapid construye el relato delirante de Yoav, un israelí que luego de su experiencia en el ejército emigra a Francia con el fin de convertirse en ciudadano de ese país, absorber su cultura y disolverse en una nueva forma de vida. Su único intermediario con esa nueva realidad será un diccionario con el que organizará casi ritualmente ese objetivo y, en ese precario proyecto algo irreal, el filme se manifiesta como un irónico análisis sobre la violencia atávica en la cultura de Israel.
Los asistentes a FICValdivia 2019 podrán disfrutar de esta amplia perspectiva del cine contemporáneo y de los realizadores que están dando que hablar en los festivales más importantes del mundo, con filmes llamados a convertirse en clásicos del futuro, entre el 7 y el 13 de octubre próximo en Valdivia.