En su debut en el festival, la sección incluye cinco cintas de Alemania, Argentina, Brasil, Egipto y Japón. Entre las seleccionadas hay tres títulos en calidad de premiere latinoamericana.
Este año, reforzando sus secciones de competencia, FICValdivia incorporó una nueva categoría en la Competencia Oficial: Largometraje Juvenil Internacional. Se trata de películas realizadas en cualquiera parte del mundo que aborden temáticas relacionadas con la realidad adolescente.
En esta primera versión, la selección en competencia incluye cinco cintas, tres de las cuales son premieres latinoamericanas. Una de ellas es Amiko (2018), ópera prima del japonés Yoko Yamahana -quien además escribió, fotografió y montó su película-, cuenta en tono de comedia y también con elementos de cine de fantasía la historia de una chica de secundaria enamorada de un muchacho, Aomi, a quien venera obsesivamente y que termina huyendo de su casa. Amiko, como es de esperar, abandonará Tokyo para seguirlo.
También tendrá su premiere latinoamericana la brasileña Yonlu (2018), de Hique Montanari, ficción que se basa en la historia real de un chico de 16 años que gracias a internet adquirió popularidad, aprendió a hablar varios idiomas y deslumbró con sus aptitudes para la música y el arte, aspectos que secretamente complementaba con su obsesión por el suicidio. Yonlu es el debut cinematográfico de Montanari, realizador con experiencia previa exclusivamente en televisión y en un documental, Arroba (2008), sobre la hiperconectada vida cotidiana actual que, en muchos sentidos, se emparenta con este primer largo de ficción.
La tercera de las premieres latinoamericanas es Amal (2017), del egipcio Mohamed Siam, documental que sigue a una chica egipcia y su aprendizaje en el violento entorno del noreste de África. El director la conoció en 2012 cuando tenía 15 años y ya había sufrido heridas físicas y psicológicas importantes derivadas de su participación en algunos de los disturbios que conformaron la Primavera Árabe. El documental se detiene en la pasión que ella siente por el fútbol y por esa vía ingresa en los duros recovecos que implica lidiar como mujer en una sociedad concebida para hombres. Amal sigue a su personaje mientras cruza los años de adolescencia y reafirma sus convicciones sobre su identidad y sus derechos.
La sangre herida
Los otros dos títulos de la categoría Largometraje Juvenil Internacional tienen en común su referencia a las relaciones familiares heridas y marcadas por diferentes tipos de violencia.
La mirada al mundo fracturado de la adolescencia y la niñez ya estaban presentes en los dos primeros documentales de la argentina Laura Bari. Antoine (2009) y Ariel (2013) hablaban de heridas y mutilaciones físicas y de la dura experiencia que significa confrontar el universo de la niñez con el de los adultos. Parte de eso es lo que la realizadora recupera en su más reciente trabajo, Primas (2017), un documental que narra las similitudes en el itinerario de dos primas adolescentes que vivieron experiencias de violencia y abuso. Bari es además tía de ambas y el relato, dividido entre Argentina y Canadá, da cuenta de ese proceso de lesiones y cicatrices emocionales que se acumulan con una sensación de asfixia permanente.
En el caso de The best you can do with your life (2018), documental de la mexicano-alemana Zita Erffa, su indagación se enfoca en la perspectiva de las divisiones familiares. La cinta se centra en la figura de László, hermano de la cineasta, quien se unió a la orden de los Legionarios de Cristo y, literalmente, desaparece del entorno familiar durante casi una década. En su momento ambos compartieron la cercanía con el catolicismo pero para ella siempre fue un entorno algo extraño, y más aún cuando su hermano se une a la orden religiosa que lo destina a un monasterio en Connecticut. El filme narra el viaje que la cineasta emprende para reencontrarse con él después de ocho años y grabarlo durante dos semanas.
Más que iluminar las lógicas internas de los Legionarios de Cristo, sacudidos por sucesivas investigaciones por abusos a menores a partir de 2002, la apuesta de Erffa busca destrabar zonas afectivas y, en cierto modo, saldar una larga cuenta pendiente con su hermano, detenida en el tiempo durante años y que truncó sus fantasías y anhelos de adolescencia.
Selección Largometraje Juvenil Internacional
Amiko, de Yoko Yamanaka. Japón. 66’. Premiere Latinoamericana.
Yonlu, de Hique Montanari. Brasil. 2017. 88’. Premiere Latinoamericana.
Primas, de Laura Bari. Argentina. 2017. 100’. Premiere Chilena.
Amal, de Mohamed Siam. Egipto, Líbano, Alemania, Francia, Noruega, Dinamarca, Qatar. 2017. 83’. Premiere Latinoamericana.
The best thing you can do with your life, de Zita Erffa. Alemania, México. 2018. 93’. Premiere Chilena.