Entre los homenajes y muestras paralelas de este 26° FICValdivia, los asistentes al festival podrán disfrutar de un completo foco que enlaza la obra de Agnès Varda con la de la cubana Sara Gómez.
A pesar de sus 90 años, la muerte en marzo pasado de la cineasta Agnès Varda, fue una sorpresa para la comunidad cinefilia. Su vitalidad creativa y lucidez intelectual la mantenían como una de las artistas más productivas y originales incluso más allá de los márgenes del cine. Poco más de un mes atrás había estrenado en la Berlinale su último documental, Varda per Agnès, resumen de una vida creativa dentro y a la vez fuera de la Nouvelle Vague y, al mismo tiempo, declaración de principios sobre la manera de estar en el cine tanto estética como ideológicamente.
Precisamente, esa consistencia política emparenta las opciones que Varda fue abrazando a lo largo de su vida, con la figura de Sara Gómez, la cineasta pionera cubana que después de graduarse en el ICAIC colaboró en Salut les Cubains! (1964), fotomontaje de 30 minutos, mitad reportaje y mitad ficción, sobre la vida postrevolucionaria que Varda realizó durante una visita a la isla en 1963, justo después de haber estrenado su primer y más celebrado largometraje, Cleo de 5 a 7 (1962).
Luego de esa experiencia colaborativa, que se anticipó a los logros estéticos del Nuevo Cine Cubano al final de esa década, Sara Gómez colaboraría con pequeñas obras de no más de diez minutos para La Enciclopedia Popular, y completaría tres cortometrajes más extensos en los cuatro años siguientes –Guanabacoa: Crónica de mi Familia (1966), …Y Tenemos Sabor (1967) y Una Isla para Miguel (1968)-, en las que situó su mirada en la tradición popular de su país y en la supervivencia de ciertas formas de exclusión que el proceso revolucionario no había resuelto. La marginación de las mujeres y el racismo se convirtieron en foco de esas primeras aproximaciones y se prolongaron al centro de su primer largometraje, De Cierta Manera, que Gómez comenzó a preparar en 1974.
Ese trabajo, construido a partir de un guión en el que colaboraron, entre otros, Tomás Gutiérrez Alea y Julio García Espinoza, fue una ficción con un foco didáctico sobre la construcción del proceso revolucionario en Cuba desde 1960 hasta mediados de los setenta, que el relato cuenta a través de relación entre un obrero y una maestra de escuela.
De Cierta Manera fue el primer largometraje de ficción emprendido por una mujer en la isla y se convirtió a la larga en un filme inconcluso. Sara Gómez murió en junio de 1974 de un paro respiratorio gatillado por su asma y el material que alcanzó a rodar fue completado por Gutiérrez Alea y García Espinoza y estrenado finalmente en 1977.
La relevancia de este proyecto inconcluso y del empuje de Sara Gómez para llevar adelante su carrera cinematográfica, la convirtieron en un ejemplo para las siguientes generaciones de realizadores cubanas y latinoamericanas.
Aunque el punto de contacto entre Gómez y Varda fue fugaz, durante esas semanas de trabajo conjunto entre dos mujeres que aún daban sus primeros pasos en su formación, pareció amplificarse. Salut les Cubains! celebra con igual énfasis al triunfo de la Revolución, a la música y a la figura de la mujer en ese empeño y Sara Gómez es parte de esa escenificación bailando frente a la cámara, como un vértice que conecta las pulsiones que complementan las expectativas de ambas realizadoras.
Este año FICValdivia ha organizado la muestra homenaje Miradas Cruzadas: Sara Gómez y Agnès Varda, que sitúa en contexto parte de la obra de las dos creadoras. La muestra recoge seis trabajos documentales de la cineasta de origen belga que pertenecen a su obra más orientada a la observación política, comenzando por su mítico trabajo rodado en Cuba, además de La Pointe-Courte (1955), L’opéra-mouffe (1958), Uncle Yanco (1967), Black Panthers (1968) y Réponse de Femmes (Notre corps, notre sexe) (1975).

De Sara Gómez, en tanto, se exhibirá indudablemente su largo De Cierta Manera (1977), además de sus cortometrajes, Guanabacoa, Crónica de mi familia (1966), Iré a Santiago (1964), Y Tenemos Sabor (1967), En la Otra Isla (1968), Mi Aporte (1969), Una Isla para Miguel (1967) y De Bateyes (1971).

Este homenaje es parte de los numerosos focos especiales que el FICValdivia ha programado para este año, paralelamente a las secciones de competencia y a los estrenos en franjas no competitivas. Conoce toda la programación descargando el catálogo.